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Durante mi investigación visual he notado que entiendo el cuerpo como un hogar, un domicilio prestado para el alma de cada individuo: la “cáscara” que lo define y le permite ocupar un espacio físico en el mundo. Así, apelando a esta individualidad y buscando generar una tensión con el mensaje que transmite cada cuerpo, mi atención se ha detenido en esos hogares  que convencionalmente no son los óptimo: cuerpos enfermos, mutilados, obesos, esqueléticos, cuerpos que en su estado natural no coinciden con el género del sujeto, cuerpos ausentes y metaforizados como en el caso de las animitas, cuerpos en decadencia (vejez). Cuerpos que se salen de la norma y que no dejan de ser bellos a su manera. Mi trabajo nace de un cuestionamiento de la belleza que busca ir más allá de los convencionalismos, valorizar la materialidad misma del cuerpo, su belleza metafórica y entender porque ha sido uno de los temas más paradigmáticos de este último tiempo en el arte.

  He abordado esta búsqueda por medio de la pintura al óleo, acuarelas, instalación y fotografías intervenidas con Photoshop, estos múltiples medios me han permitido aproximarme de distintos modos al cuerpo.

 

  Hasta el momento, de esta idea se han desprendido temas como la muerte, el rostro, la exacerbación del cuerpo, lo transgénero, el maltrato, la individualidad inherente del sujeto, su derecho a exigir su espacio en el mundo (identidad) y su espacio en el arte hoy

 

MARÍA JOSE HOLLOWAY

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